1.5 DISCIPLINAS FILOSÓFICAS
En virtud de
su carácter totalizador, la filosofía explora la realidad en su máxima
generalidad la cual comprende, por un lado, el cosmos, la naturaleza, y por
otro las producciones humanas que forman la cultura en sus diversos ámbitos: la
moral, el arte, la ciencia, la religión, la política, etc. Tomando como punto
de partida estas áreas o regiones de la cultura, la filosofía desarrolla sus
disciplinas o ramificaciones que, en su conjunto, nos brindan una explicación
que abarca las diversas manifestaciones humanas. En lo que atañe al arte, por
ejemplo, la filosofía nos explica cuál es la esencia de la actividad artística
y de la belleza; en el ámbito de la ciencia lo que es el conocimiento
científico, la estructura, fundamento y métodos de los sistemas científicos, y
así frente a las demás áreas de la cultura.
Veamos a
continuación algunas de las principales disciplinas filosóficas, en las que
podrás percatarte de los vínculos que la filosofía mantiene con la cultura
humana, porque inclusive la filosofía misma forma parte esencial de ella.
ONTOLOGÍA
Del griego
antas, "estudio del ser". De acuerdo con ello, investiga las
categorías y principios del ser en general y de los diversos géneros de entes o
seres.
Se ha identificado
a esta disciplina con la metafísica, que Aristóteles formula como una ciencia
que estudia el ser en tanto ser, es decir, la investigación del ser en su
máxima generalidad, independientemente de qué clase de ser se trate, ya que
puede ser finito, infinito, material o inmaterial.
También la
ontología se ha concebido como una disciplina que estudia al ente, que
investiga la determinación en virtud de la cual los entes existen, es decir su
esencia.
Para un
filósofo como Martin Heidegger (1889-1976) "considerado
existencialista" la ontología tiene por finalidad descubrir la
constitución del ser de la existencia, la de saber cuál es el fundamento de la
existencia en su finitud y concreticidad.
Para este
filósofo, autor de Ser y tiempo, obra publicada en 1927, el tema del ser es
fundamental. En el lenguaje cotidiano usamos a menudo la palabra
"ser", cuando decimos "el cielo es azul" "esta calle
es angosta", "yo soy joven" etc. Sin embargo, el término se
complica cuando nos preguntamos: ¿qué es el ser?, ¿qué es el existir?, ¿cuál es
el sentido del ser?
La metafísica
tradicional ha hablado del ser abstracto, equiparándolo con lo que se llama
esencia, pero a Heidegger le interesa ocuparse del ser concreto, del existir
(en latín esse). Así, el punto de partida de la filosofía heideggeriana es el
análisis de la existencia humana, del ser humano o como lo llama Heidegger el
Dassein o "ser-ahí" el cual no es un ente como los demás, propiamente
no es un ente, sino un existente, una realidad en cuyo ser le va su ser, su temporalidad,
su angustia, su muerte.
La analítica o
análisis del ser-ahí es compleja, la atraviesan varias categorías que maneja
Heidegger como "ser en el mundo" estar-en-el mundo",
"mundanidad" "existencia auténtica", "existencia
inauténtica", "ser-para-la muerte", etcétera.
Pero este
análisis del dasein, del existente como realidad humana, prepara —en el caso de
Heidegger— el terreno para la comprensión del ser en general, para lo cual es
menester someter a revisión crítica todas las ideas que se han dado sobre el
ser en la historia de la filosofía.
Por eso es
menester proceder a una "destrucción de la ontología", es decir, a
una disolución de las capas encubridoras, endurecidas en el curso de la
historia del pensamiento filosófico, allanar el camino para establecer una
apertura al ser.
EPISTEMOLOGÍA
De episteme,
"ciencia o conocimiento" y lagos, "estudio". A esta
disciplina filosófica se le conoce también con el nombre de gnoseología
(gnosis, conocimiento; logas, estudio) y teoría del conocimiento. Tiene la
misión de reflexionar sobre todos aquellos problemas relacionados con el
conocimiento: ¿cuál es el origen del conocimiento?, ¿cuál es su esencia?, ¿cuál
es su posibilidad de validez?, ¿cuántas clases de conocimiento hay?, etcétera.
Aunque la epistemología
cobra singular desarrollo en la modernidad, ya en los tiempos antiguos los
filósofos griegos hacían importantes reflexiones sobre el conocimiento.
Recordemos a
Sócrates con su famoso lema: "conócete a ti mismo". Y con su método
mayéutico, encaminado a resolver una serie de cuestiones, incluyendo al
conocimiento mismo. Recordemos, asimismo a Platón, quien afirmaba que el
verdadero conocimiento nunca podría lograrse por la vía de los sentidos. El
conocimiento —para el destacado discípulo de Sócrates— debería ser una visión
intelectual en la cual el alma penetraba en la verdadera naturaleza de la
realidad. En comparación con esta visión dianoética, los datos sensoriales son
confusos e inseguros y, por tanto, fuente de numerosos errores.
En la época moderna,
el problema del conocimiento estuvo ligado a la creación de un método
infalible. Así, Rene Descartes puso en práctica su método de la duda metódica
con el fin expreso de llegar a una verdad indubitable, la cual encuentra en la
evidencia de su yo pensante, de su propia existencia como ser que piensa y que
duda. De ello concluyó que todas las ideas que se caracterizan por ser
"claras y distintas" no podían ser objeto de duda, sino que podían
concebirse como algo certero y punto de partida de todo auténtico conocimiento.
A diferencia
de Descartes, los filósofos empiristas como John Locke y David Hume,
consideraban que todo conocimiento tiene su origen en la experiencia, acudiendo
a sensaciones y percepciones; todas las pretensiones de ir más allá de las
observaciones sensoriales inmediatas no conducen a otra cosa que a suposiciones
sin fundamento, a puras elucubraciones.
El empirismo
alcanza niveles radicales, por ejemplo con Hume, al negar toda posibilidad de
un saber referente a la realidad que tenga carácter universal y necesario, pues
el conocimiento sensible es conocimiento de lo particular y concreto en
continuo cambio, y no puede pretender la universalidad y necesidad que se
requiere en las ciencias.
Estos ejemplos
que hemos visto de manera breve te ilustrarán acerca de la importancia que
tiene el problema del conocimiento abordado por la epistemología.
En términos
generales, esta disciplina trata problemas como: las relaciones del
conocimiento con la fe, el escepticismo y la certeza, la creencia y el saber.
De los filósofos que abordan el problema del conocimiento puedes inferir una
teoría de la verdad.
ÉTICA
Un ámbito de
la cultura ampliamente cultivado por los seres humanos y sumamente importante
para guiar sus vidas por el camino correcto, es sin duda la moral, cuyo objeto
de reflexión es una disciplina filosófica llamada ética. La palabra
"ética" proviene de la voz griega ethos que significa "hábito,
carácter, modo de ser". De acuerdo con su significado etimológico, la ética
sería un "tratado de los hábitos o costumbres"; sin embargo,
actualmente se le caracteriza como una disciplina que reflexiona sobre la moral
que desarrollan los hombres en la sociedad.
El mundo de la
moral plantea un sinnúmero de problemas a la ética, por ejemplo: ¿qué podemos
entender por una conducta buena o recta?, ¿qué es el deber?, ¿de dónde deriva
el carácter obligatorio de las reglas morales?, ¿somos en realidad libres para
actuar moralmente?, ¿se puede hablar de un progreso moral?, ¿por qué cambian
los diversos sistemas morales?, ¿cuál es el mejor modelo de vida que debemos
seguir para alcanzar la felicidad? Muchas de estas preguntas han guiado las
reflexiones de los filósofos en el transcurso de la historia, comenzando con
los antiguos griegos como Sócrates, quien por primera vez hizo consistir la
filosofía en un análisis de la conducta humana, y quien propuso relacionar la
vida buena con el conocimiento de acuerdo con esta premisa: el hombre virtuoso
y feliz es al mismo tiempo el hombre sabio, la maldad no es más que un engendro
de la ignorancia.
Más tarde,
Aristóteles nos ofrecerá todo un sistema ético —tal vez el primero en la
historia— en su famosa obra conocida como Ética a Nicómaco o Ética nicomaquea
(por estar dedicada a su hijo del mismo nombre).
Para
Aristóteles, la ética trata de la formación del hombre, de su carácter o ethos;
le interesa tanto el dominio teórico como el práctico de la actividad humana, y
entre los temas que trata figuran: el problema del bien supremo: ¿cuál es el
bien último al que aspira el ser humano?; la naturaleza de las virtudes tanto
las intelectuales (como la sabiduría y el recto juicio) como las éticas
referidas a la fortaleza, la justicia y la templanza, entre otras. Nos habla
sobre temas tan humanos como la amistad y la felicidad y plantea una
interesante teoría de la virtud conocida como la "teoría del justo
medio" según la cual toda virtud se encuentra ubicada entre dos extremos,
uno que peca por exceso y otro por defecto. Así, por ejemplo, la valentía está
entre la temeridad (exceso) y la cobardía (defecto).
Cabe observar
que las más importantes teorías éticas que se han dado desde la Antigüedad, han
propuesto un modelo de vida buena, así surge el eudemonismo para el cual el
bien estriba en la felicidad, el hedonismo que equipara lo bueno con el placer,
y en los tiempos modernos el utilitarismo (el bien radica en lo útil) y el
formalismo kantiano para el cual lo bueno está en la (buena voluntad) que actúa
por deber y solamente por deber.
ESTÉTICA
Otra área de
la cultura de singular importancia es el arte, el cual es abordado por una
disciplina filosófica denominada estética.
El arte genera
el valor belleza en sus diversos matices o modalidades, por ello la estética
también reflexiona sobre ésta. La palabra "estética" deriva del
griego aesthesis que significa "sensación" o "percepción" y
esto parece implicar que la belleza se percibe por medio de sensaciones, que
tiene un carácter sensible.
El primero que
utilizó el término estética fue Alexander Gottlieb Baumgarten (1714-1 762) en
el siglo XVIII. Este filósofo alemán escribió, en 1 750, una obra titulada,
justamente, Aesthetíca que concibió como una parte de la filosofía encargada de
establecer las leyes del conocimiento sensible.
Tanto el arte
como la belleza plantean una serie de cuestiones que han tratado de ser
resueltas por esta disciplina, a la que el propio Baumgarten dio carta de
autonomía: en primer lugar ¿qué es la belleza?, ¿es algo real y objetivo o algo
meramente subjetivo y caprichoso?; ¿por qué existen diversas concepciones de lo
bello?, ¿qué se quiere decir cuando algo es calificado de bello, de sublime, de
grotesco, de cómico o de trágico? Y, en relación con el arte: ¿en qué consiste
la actividad y la creación artística?, ¿qué papel desempeña el arte en la
sociedad?, ¿cuál es su importancia?, ¿qué relación guarda con la ciencia, la
técnica, la religión, la política y otras actividades humanas?, ¿cuáles son las
artes?, ¿cuántas son sus especies?, ¿existen parámetros objetivos para juzgar
las obras de arte?, ¿cómo se determinan?
Si bien el
filósofo no es un artista ni un crítico de arte, sus reflexiones generales en
torno al arte y la belleza tienen cierta influencia sobre el trabajo y las
concepciones estéticas forjadas por los propios artistas. Aunque cabe aclarar
que la estética no pretende proporcionar normas ni directrices para la creación
artística, sino sólo desentrañar su sentido y razón de ser en el complejo
ámbito de la vida humana.
AXIOLOGIA
Los seres
humanos no sólo conocen las propiedades de las cosas que los rodean, sino que
también hacen valoraciones en torno de ellas, juzgan o sienten si son útiles,
agradables, bonitas, feas, benéficas o perjudiciales para su vida.
Asimismo,
determinados comportamientos son calificados como justos o injustos, buenos o
malos, honestos o deshonestos. Todo esto significa que hay cosas y
comportamientos valiosos o no valiosos.
De esta
manera, surge la noción de Valor" que fue retomado del campo de la
economía.
Algunos
filósofos advirtieron que los valores constituyen un universo de objetos muy
peculiares que no se confunden con otros, por ejemplo: con los objetos reales
(una mesa, un libro), ideales (el pensamiento del libro) o imaginarias (una
sirena o un tritón). Los valores tienen su esencia en el valer; Hermann Lotze (1817-
1881), un filósofo que se adelanta en el estudio de los valores, afirma que
"los valores no son sino que valen". Tanta era la importancia que
asignaba Lotze a los valores que pretendió reducir la lógica, la ética y la
metafísica a la axiología.
Los valores
constituyen el objeto de estudio de una disciplina filosófica llamada axiología
del griego axios, "valioso" y lagos, "estudio o teoría".
Entre los principales problemas que trata figuran los siguientes: ¿qué son los
valores?, ¿qué tipo de existencia tienen?, ¿cómo se captan?, ¿cuál es el método
más apropiado para descubrir la naturaleza última del valor?
Para resolver
la pregunta acerca de qué tipo de existencia tienen los valores, han surgido
dos teorías fundamentales: el objetivismo y el subjetivismo axiológicos. Para
el objetivismo, los valores existen en una forma absoluta y plenamente
objetiva, son realidades "en sí y por sí", independientes de los
bienes o cosas materiales en los que se plasman (una escultura, un cuadro, una
norma moral, etc.), son independientes, asimismo, de las apreciaciones
subjetivas que realicen los individuos.
Para Nicolai
Hartmann, representante de la teoría objetivista, los valores son semejantes a
las ideas platónicas, pertenecen a un mundo suprasensible e inmaterial; de esta
manera, los valores no dependen ni de los sujetos ni de las cosas o bienes, son
entidades y estructuras que determinan una específica cualidad en los objetos,
de manera directa sólo se les puede captar como los paradigmas platónicos, por
medio de una "mirada interior".
Para otro
destacado representante del objetivismo axiológico —Max Scheler— el acceso al
mundo de los valores no se logra por medio de una mera percepción interior,
sino mediante un conocimiento estimativo o intuición de lo valioso basado en el
sentimiento y la preferencia y en último término en el amor y el odio.
Según Max
Scheler la inteligencia es ciega para los valores, éstos se nos revelan gracias
a una intuición emocional; la experiencia de los valores es independiente de la
experiencia de las cosas, ello significa que los valores son captados en su
integridad, se nos revelan en una intuición emotiva, como la belleza de un
paisaje, la honestidad de una conducta o lo admirable de un acto heroico.
Para la teoría
subjetivista de los valores, por el contrario, los valores son creaciones del
sujeto y dependen de los estados de ánimo subjetivos de las personas. Las cosas
tienen valor porque las apreciamos o deseamos. Para el subjetivismo los valores
no son en sí y por sí —como piensan los objetivistas— sino que son para mí, es
decir para mí en cuanto sujeto singular que capta determinados valores en sus
rasgos muy concretos. Los partidarios de esta corriente —entre los que figuran:
R. B. Perry, Rudolf Carnap y B. Russell— niegan que los valores tengan una
realidad independiente de las estimaciones humanas y en ello resucitan la vieja
tesis de Protágoras acerca de que "el hombre es la medida de todas las
cosas".
LÓGICA
La palabra
"lógica" proviene del griego logas que se traduce como "palabra,
discurso o pensamiento". De acuerdo con esto, esta disciplina filosófica
estudia el pensamiento; sin embargo, no se ocupa de todos los aspectos que éste
conlleva, como las representaciones o percepciones de los objetos pensados, o
el lenguaje o las palabras que lo expresan; su atención, más bien, se centra en
la forma o estructura que adoptan los pensamientos, dando lugar a conceptos,
juicios, raciocinios y demostraciones, prescindiendo de sus contenidos
empíricos. Por ejemplo, en los juicios: "todos los estudiantes son
jóvenes", "todas las ballenas son mamíferos" y "todos los
filósofos son sabios" existe un contenido distinto; sin embargo, desde el
punto de vista de la forma, estos juicios son de un mismo tipo lógico ya que se
ajustan a la forma de juicios universales: "todo 5 es p".
La lógica
establece las leyes y reglas necesarias para formular razonamientos correctos o
válidos; señala que una demostración es válida si la conclusión ha sido
deducida correctamente de las premisas.
La lógica
llamada "tradicional" fundada por Aristóteles, quien la concibió como
un organon instrumento para la investigación científica, considera que hay tres
leyes básicas o principios que rigen el pensamiento:
a) Principio
de identidad: una cosa es idéntica a sí misma.
b) Principio
de no-contradicción: una cosa no puede ser tanto x como no x al mismo tiempo.
c) Principio
de tercero excluido: una cosa debe ser x o no x, en una misma ocasión.
En la época
contemporánea se ha desarrollado una nueva lógica simbólica, matemática o
logística. En esta nueva lógica —cuyos impulsores son los filósofos B. Russell,
Wittgenstein, Carnap y Tarski, concurren tres características esenciales: el
empleo sistemático de símbolos unívocos para representar formas de pensamiento,
reducción de las operaciones del pensamiento a operaciones matemáticas (cálculo
lógico, uso de funciones, etc.) y análisis del lenguaje, con el fin de detectar
errores y falsos planteamientos muchas veces derivados de concepciones
metafísicas.
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