miércoles, 30 de marzo de 2016

1.5 DISCIPLINAS FILOSÓFICAS


En virtud de su carácter totalizador, la filosofía explora la realidad en su máxima generalidad la cual comprende, por un lado, el cosmos, la naturaleza, y por otro las producciones humanas que forman la cultura en sus diversos ámbitos: la moral, el arte, la ciencia, la religión, la política, etc. Tomando como punto de partida estas áreas o regiones de la cultura, la filosofía desarrolla sus disciplinas o ramificaciones que, en su conjunto, nos brindan una explicación que abarca las diversas manifestaciones humanas. En lo que atañe al arte, por ejemplo, la filosofía nos explica cuál es la esencia de la actividad artística y de la belleza; en el ámbito de la ciencia lo que es el conocimiento científico, la estructura, fundamento y métodos de los sistemas científicos, y así frente a las demás áreas de la cultura.
Veamos a continuación algunas de las principales disciplinas filosóficas, en las que podrás percatarte de los vínculos que la filosofía mantiene con la cultura humana, porque inclusive la filosofía misma forma parte esencial de ella.

ONTOLOGÍA   
Del griego antas, "estudio del ser". De acuerdo con ello, investiga las categorías y principios del ser en general y de los diversos géneros de entes o seres.
Se ha identificado a esta disciplina con la metafísica, que Aristóteles formula como una ciencia que estudia el ser en tanto ser, es decir, la investigación del ser en su máxima generalidad, independientemente de qué clase de ser se trate, ya que puede ser finito, infinito, material o inmaterial.
También la ontología se ha concebido como una disciplina que estudia al ente, que investiga la determinación en virtud de la cual los entes existen, es decir su esencia.
Para un filósofo como Martin Heidegger (1889-1976) "considerado existencialista" la ontología tiene por finalidad descubrir la constitución del ser de la existencia, la de saber cuál es el fundamento de la existencia en su finitud y concreticidad.
Para este filósofo, autor de Ser y tiempo, obra publicada en 1927, el tema del ser es fundamental. En el lenguaje cotidiano usamos a menudo la palabra "ser", cuando decimos "el cielo es azul" "esta calle es angosta", "yo soy joven" etc. Sin embargo, el término se complica cuando nos preguntamos: ¿qué es el ser?, ¿qué es el existir?, ¿cuál es el sentido del ser?
La metafísica tradicional ha hablado del ser abstracto, equiparándolo con lo que se llama esencia, pero a Heidegger le interesa ocuparse del ser concreto, del existir (en latín esse). Así, el punto de partida de la filosofía heideggeriana es el análisis de la existencia humana, del ser humano o como lo llama Heidegger el Dassein o "ser-ahí" el cual no es un ente como los demás, propiamente no es un ente, sino un existente, una realidad en cuyo ser le va su ser, su temporalidad, su angustia, su muerte.
La analítica o análisis del ser-ahí es compleja, la atraviesan varias categorías que maneja Heidegger como "ser en el mundo" estar-en-el mundo", "mundanidad" "existencia auténtica", "existencia inauténtica", "ser-para-la muerte", etcétera.
Pero este análisis del dasein, del existente como realidad humana, prepara —en el caso de Heidegger— el terreno para la comprensión del ser en general, para lo cual es menester someter a revisión crítica todas las ideas que se han dado sobre el ser en la historia de la filosofía.
Por eso es menester proceder a una "destrucción de la ontología", es decir, a una disolución de las capas encubridoras, endurecidas en el curso de la historia del pensamiento filosófico, allanar el camino para establecer una apertura al ser.

EPISTEMOLOGÍA 
De episteme, "ciencia o conocimiento" y lagos, "estudio". A esta disciplina filosófica se le conoce también con el nombre de gnoseología (gnosis, conocimiento; logas, estudio) y teoría del conocimiento. Tiene la misión de reflexionar sobre todos aquellos problemas relacionados con el conocimiento: ¿cuál es el origen del conocimiento?, ¿cuál es su esencia?, ¿cuál es su posibilidad de validez?, ¿cuántas clases de conocimiento hay?, etcétera.
Aunque la epistemología cobra singular desarrollo en la modernidad, ya en los tiempos antiguos los filósofos griegos hacían importantes reflexiones sobre el conocimiento.
Recordemos a Sócrates con su famoso lema: "conócete a ti mismo". Y con su método mayéutico, encaminado a resolver una serie de cuestiones, incluyendo al conocimiento mismo. Recordemos, asimismo a Platón, quien afirmaba que el verdadero conocimiento nunca podría lograrse por la vía de los sentidos. El conocimiento —para el destacado discípulo de Sócrates— debería ser una visión intelectual en la cual el alma penetraba en la verdadera naturaleza de la realidad. En comparación con esta visión dianoética, los datos sensoriales son confusos e inseguros y, por tanto, fuente de numerosos errores.
En la época moderna, el problema del conocimiento estuvo ligado a la creación de un método infalible. Así, Rene Descartes puso en práctica su método de la duda metódica con el fin expreso de llegar a una verdad indubitable, la cual encuentra en la evidencia de su yo pensante, de su propia existencia como ser que piensa y que duda. De ello concluyó que todas las ideas que se caracterizan por ser "claras y distintas" no podían ser objeto de duda, sino que podían concebirse como algo certero y punto de partida de todo auténtico conocimiento.
A diferencia de Descartes, los filósofos empiristas como John Locke y David Hume, consideraban que todo conocimiento tiene su origen en la experiencia, acudiendo a sensaciones y percepciones; todas las pretensiones de ir más allá de las observaciones sensoriales inmediatas no conducen a otra cosa que a suposiciones sin fundamento, a puras elucubraciones.        
El empirismo alcanza niveles radicales, por ejemplo con Hume, al negar toda posibilidad de un saber referente a la realidad que tenga carácter universal y necesario, pues el conocimiento sensible es conocimiento de lo particular y concreto en continuo cambio, y no puede pretender la universalidad y necesidad que se requiere en las ciencias.
Estos ejemplos que hemos visto de manera breve te ilustrarán acerca de la importancia que tiene el problema del conocimiento abordado por la epistemología.
En términos generales, esta disciplina trata problemas como: las relaciones del conocimiento con la fe, el escepticismo y la certeza, la creencia y el saber. De los filósofos que abordan el problema del conocimiento puedes inferir una teoría de la verdad.

ÉTICA
Un ámbito de la cultura ampliamente cultivado por los seres humanos y sumamente importante para guiar sus vidas por el camino correcto, es sin duda la moral, cuyo objeto de reflexión es una disciplina filosófica llamada ética. La palabra "ética" proviene de la voz griega ethos que significa "hábito, carácter, modo de ser". De acuerdo con su significado etimológico, la ética sería un "tratado de los hábitos o costumbres"; sin embargo, actualmente se le caracteriza como una disciplina que reflexiona sobre la moral que desarrollan los hombres en la sociedad.
El mundo de la moral plantea un sinnúmero de problemas a la ética, por ejemplo: ¿qué podemos entender por una conducta buena o recta?, ¿qué es el deber?, ¿de dónde deriva el carácter obligatorio de las reglas morales?, ¿somos en realidad libres para actuar moralmente?, ¿se puede hablar de un progreso moral?, ¿por qué cambian los diversos sistemas morales?, ¿cuál es el mejor modelo de vida que debemos seguir para alcanzar la felicidad? Muchas de estas preguntas han guiado las reflexiones de los filósofos en el transcurso de la historia, comenzando con los antiguos griegos como Sócrates, quien por primera vez hizo consistir la filosofía en un análisis de la conducta humana, y quien propuso relacionar la vida buena con el conocimiento de acuerdo con esta premisa: el hombre virtuoso y feliz es al mismo tiempo el hombre sabio, la maldad no es más que un engendro de la ignorancia.
Más tarde, Aristóteles nos ofrecerá todo un sistema ético —tal vez el primero en la historia— en su famosa obra conocida como Ética a Nicómaco o Ética nicomaquea (por estar dedicada a su hijo del mismo nombre).
Para Aristóteles, la ética trata de la formación del hombre, de su carácter o ethos; le interesa tanto el dominio teórico como el práctico de la actividad humana, y entre los temas que trata figuran: el problema del bien supremo: ¿cuál es el bien último al que aspira el ser humano?; la naturaleza de las virtudes tanto las intelectuales (como la sabiduría y el recto juicio) como las éticas referidas a la fortaleza, la justicia y la templanza, entre otras. Nos habla sobre temas tan humanos como la amistad y la felicidad y plantea una interesante teoría de la virtud conocida como la "teoría del justo medio" según la cual toda virtud se encuentra ubicada entre dos extremos, uno que peca por exceso y otro por defecto. Así, por ejemplo, la valentía está entre la temeridad (exceso) y la cobardía (defecto).
Cabe observar que las más importantes teorías éticas que se han dado desde la Antigüedad, han propuesto un modelo de vida buena, así surge el eudemonismo para el cual el bien estriba en la felicidad, el hedonismo que equipara lo bueno con el placer, y en los tiempos modernos el utilitarismo (el bien radica en lo útil) y el formalismo kantiano para el cual lo bueno está en la (buena voluntad) que actúa por deber y solamente por deber.

ESTÉTICA
Otra área de la cultura de singular importancia es el arte, el cual es abordado por una disciplina filosófica denominada estética.
El arte genera el valor belleza en sus diversos matices o modalidades, por ello la estética también reflexiona sobre ésta. La palabra "estética" deriva del griego aesthesis que significa "sensación" o "percepción" y esto parece implicar que la belleza se percibe por medio de sensaciones, que tiene un carácter sensible.
El primero que utilizó el término estética fue Alexander Gottlieb Baumgarten (1714-1 762) en el siglo XVIII. Este filósofo alemán escribió, en 1 750, una obra titulada, justamente, Aesthetíca que concibió como una parte de la filosofía encargada de establecer las leyes del conocimiento sensible.
Tanto el arte como la belleza plantean una serie de cuestiones que han tratado de ser resueltas por esta disciplina, a la que el propio Baumgarten dio carta de autonomía: en primer lugar ¿qué es la belleza?, ¿es algo real y objetivo o algo meramente subjetivo y caprichoso?; ¿por qué existen diversas concepciones de lo bello?, ¿qué se quiere decir cuando algo es calificado de bello, de sublime, de grotesco, de cómico o de trágico? Y, en relación con el arte: ¿en qué consiste la actividad y la creación artística?, ¿qué papel desempeña el arte en la sociedad?, ¿cuál es su importancia?, ¿qué relación guarda con la ciencia, la técnica, la religión, la política y otras actividades humanas?, ¿cuáles son las artes?, ¿cuántas son sus especies?, ¿existen parámetros objetivos para juzgar las obras de arte?, ¿cómo se determinan?
Si bien el filósofo no es un artista ni un crítico de arte, sus reflexiones generales en torno al arte y la belleza tienen cierta influencia sobre el trabajo y las concepciones estéticas forjadas por los propios artistas. Aunque cabe aclarar que la estética no pretende proporcionar normas ni directrices para la creación artística, sino sólo desentrañar su sentido y razón de ser en el complejo ámbito de la vida humana.

AXIOLOGIA
Los seres humanos no sólo conocen las propiedades de las cosas que los rodean, sino que también hacen valoraciones en torno de ellas, juzgan o sienten si son útiles, agradables, bonitas, feas, benéficas o perjudiciales para su vida.   
Asimismo, determinados comportamientos son calificados como justos o injustos, buenos o malos, honestos o deshonestos. Todo esto significa que hay cosas y comportamientos valiosos o no valiosos.
De esta manera, surge la noción de Valor" que fue retomado del campo de la economía.
Algunos filósofos advirtieron que los valores constituyen un universo de objetos muy peculiares que no se confunden con otros, por ejemplo: con los objetos reales (una mesa, un libro), ideales (el pensamiento del libro) o imaginarias (una sirena o un tritón). Los valores tienen su esencia en el valer; Hermann Lotze (1817- 1881), un filósofo que se adelanta en el estudio de los valores, afirma que "los valores no son sino que valen". Tanta era la importancia que asignaba Lotze a los valores que pretendió reducir la lógica, la ética y la metafísica a la axiología.
Los valores constituyen el objeto de estudio de una disciplina filosófica llamada axiología del griego axios, "valioso" y lagos, "estudio o teoría". Entre los principales problemas que trata figuran los siguientes: ¿qué son los valores?, ¿qué tipo de existencia tienen?, ¿cómo se captan?, ¿cuál es el método más apropiado para descubrir la naturaleza última del valor?
Para resolver la pregunta acerca de qué tipo de existencia tienen los valores, han surgido dos teorías fundamentales: el objetivismo y el subjetivismo axiológicos. Para el objetivismo, los valores existen en una forma absoluta y plenamente objetiva, son realidades "en sí y por sí", independientes de los bienes o cosas materiales en los que se plasman (una escultura, un cuadro, una norma moral, etc.), son independientes, asimismo, de las apreciaciones subjetivas que realicen los individuos.
Para Nicolai Hartmann, representante de la teoría objetivista, los valores son semejantes a las ideas platónicas, pertenecen a un mundo suprasensible e inmaterial; de esta manera, los valores no dependen ni de los sujetos ni de las cosas o bienes, son entidades y estructuras que determinan una específica cualidad en los objetos, de manera directa sólo se les puede captar como los paradigmas platónicos, por medio de una "mirada interior".
Para otro destacado representante del objetivismo axiológico —Max Scheler— el acceso al mundo de los valores no se logra por medio de una mera percepción interior, sino mediante un conocimiento estimativo o intuición de lo valioso basado en el sentimiento y la preferencia y en último término en el amor y el odio.
Según Max Scheler la inteligencia es ciega para los valores, éstos se nos revelan gracias a una intuición emocional; la experiencia de los valores es independiente de la experiencia de las cosas, ello significa que los valores son captados en su integridad, se nos revelan en una intuición emotiva, como la belleza de un paisaje, la honestidad de una conducta o lo admirable de un acto heroico.
Para la teoría subjetivista de los valores, por el contrario, los valores son creaciones del sujeto y dependen de los estados de ánimo subjetivos de las personas. Las cosas tienen valor porque las apreciamos o deseamos. Para el subjetivismo los valores no son en sí y por sí —como piensan los objetivistas— sino que son para mí, es decir para mí en cuanto sujeto singular que capta determinados valores en sus rasgos muy concretos. Los partidarios de esta corriente —entre los que figuran: R. B. Perry, Rudolf Carnap y B. Russell— niegan que los valores tengan una realidad independiente de las estimaciones humanas y en ello resucitan la vieja tesis de Protágoras acerca de que "el hombre es la medida de todas las cosas".

LÓGICA  
La palabra "lógica" proviene del griego logas que se traduce como "palabra, discurso o pensamiento". De acuerdo con esto, esta disciplina filosófica estudia el pensamiento; sin embargo, no se ocupa de todos los aspectos que éste conlleva, como las representaciones o percepciones de los objetos pensados, o el lenguaje o las palabras que lo expresan; su atención, más bien, se centra en la forma o estructura que adoptan los pensamientos, dando lugar a conceptos, juicios, raciocinios y demostraciones, prescindiendo de sus contenidos empíricos. Por ejemplo, en los juicios: "todos los estudiantes son jóvenes", "todas las ballenas son mamíferos" y "todos los filósofos son sabios" existe un contenido distinto; sin embargo, desde el punto de vista de la forma, estos juicios son de un mismo tipo lógico ya que se ajustan a la forma de juicios universales: "todo 5 es p".
La lógica establece las leyes y reglas necesarias para formular razonamientos correctos o válidos; señala que una demostración es válida si la conclusión ha sido deducida correctamente de las premisas.
La lógica llamada "tradicional" fundada por Aristóteles, quien la concibió como un organon instrumento para la investigación científica, considera que hay tres leyes básicas o principios que rigen el pensamiento:
a)    Principio de identidad: una cosa es idéntica a sí misma.
b)    Principio de no-contradicción: una cosa no puede ser tanto x como no x al mismo tiempo.
c)    Principio de tercero excluido: una cosa debe ser x o no x, en una misma ocasión.      

En la época contemporánea se ha desarrollado una nueva lógica simbólica, matemática o logística. En esta nueva lógica —cuyos impulsores son los filósofos B. Russell, Wittgenstein, Carnap y Tarski, concurren tres características esenciales: el empleo sistemático de símbolos unívocos para representar formas de pensamiento, reducción de las operaciones del pensamiento a operaciones matemáticas (cálculo lógico, uso de funciones, etc.) y análisis del lenguaje, con el fin de detectar errores y falsos planteamientos muchas veces derivados de concepciones metafísicas.

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